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Diseño Social, recapitulación de Interaction Latin America 2019

En octubre de 2019, tuve la oportunidad de asistir a Interaction Latin America (ILA), que se realizó en Medellín, Colombia. Una vez de vuelta en Costa Rica, un grupo de colegas y yo nos animamos a organizar un evento de síntesis de los contenidos que más nos llamaron la atención, de la mano de la asociación de Diseño de Interacción de Costa Rica (IxDA San José), para compartir con la comunidad de diseñadores costarricenses las ideas principales que se compartieron en la actividad original.

Para abarcar mejor los temas y compartir la mayor cantidad de ideas posibles, pero de forma ordenada, sin amenazar la comprensión de los asistentes, organizamos las presentaciones ofrecidas en Medellín en ejes temáticos, de los que decidimos priorizar cuatro. El primero, hace referencia a casos de estudio y experiencias, el segundo se encuentra dedicado a lo referente a metodologías, en el tercer eje se abarca la relación entre diseño y estrategias de negocio, mientras que el cuarto eje trata del diseño social o diseño responsable. La presentación de este último estuvo a mi cargo, les ofrezco acá una versión de mi presentación.

Este eje trata sobre las presentaciones que se relacionan con Diseño Social, si el término les parece nuevo, es porque en realidad es un término en evolución. No es opuesto al diseño comercial, pero redefine sus retos. Ojalá, conforme nos adentramos en este texto, podamos tener una idea más formada sobre qué trata.

Podemos entender el Diseño social de tres maneras:

Como profesionales en diseño sabemos y aceptamos la carga ética de nuestra profesión. Sabemos que las decisiones de diseño que tomemos van a repercutir en el mundo real, repercusiones tangibles en comportamientos humanos, o el ambiente, es decir, cargamos una responsabilidad, innegable.

Preferir un material sobre otro porque genera menos desperdicio, solventar necesidades por encima de la estética, acortar procesos para reducir gasto, crear opciones para productos o servicios menos conscientes. Son algunos ejemplos que estoy seguro, son parte del día a día de los acá presentes.

Pero, como diseñadores, ¿pensamos en la inclusión? ¿Hemos adoptado la responsabilidad de pensar para quienes diseñamos? La gente no te responde: hola soy un usuario” dice Maritza Guaderrama, en su charla El Futuro del Diseño o el diseño del futuro: aprendizajes y retos, “la gente es gente”.

De esto también habla Marian Casas, en su participación, ¿Diseñamos para todos los usuarios? Iniciando el camino al diseño inclusivo, se refiere a tomar en cuenta usuarios con diferentes capacidades físicas, cognitivas y emocionales. Dejando de lado la asunción de que todos los usuarios se enfrentarán a nuestro diseño haciendo uso del 100% de sus facultades. Esto se traduce en investigación, para poder traer a colación las necesidades y capacidades de las poblaciones que usualmente no consideramos. Citando nuevamente a Guaderrama La clave de la inclusión es la co-creación”.

Esa es una forma de entender el diseño social, otra es cuando se trasladan esas decisiones a una industria, donde la responsabilidad ya no recae únicamente en el profesional en diseño, si no que se convierten en bandera de la industria que lo adopta, los ejemplos son muchos.

Dice Verónica Bluguermann, en su participación en ILA titulada, El negocio del diseño para el impacto social, en estas industrias “El problema social es la oportunidad de negocio”. Es decir, estas empresas lucran con la problemática social, lo que no significa que debamos dudar de su autenticidad, Bluguermann dice “No hay impacto social, cuando no hay valor compartido”. Entendiendo como valor compartido, “la estrategia de gestión centrada en la creación de las empresas de un valor empresarial medible mediante la identificación y la solución de los problemas sociales que se cruzan con sus negocios.

La tienda de café preocupada por el bienestar de las comunidades con las que trabaja, donando un porcentaje de sus ventas a tiendas sin fines de lucro, que benefician a estas comunidades, contratando a locales pertenecientes a un grupo con pocas oportunidades o una minoría. Que mantiene estándares y protocolos para sus proveedores, asegurando un proceso ético de producción para los ingredientes de sus productos y que además se compromete a hacer uso responsable y consciente de los recursos. No solo generan una opinión positiva dentro de sus consumidores, sino que generan comunidad y sus colaboradores se convierten en partidarios. Hay valor compartido y por tanto hay impacto social.

Esta forma de diseño social, también está presente cuando diseñamos para comunidades, como lo ejemplifican Mariana Valenzuela y Carolina Sepúlveda con su charla +Mujeres en UX: traspaso cultural y formación de comunidad a miles de kilómetros, ellas son cofundadoras de +Mujeres en UX, una comunidad de mujeres que trabajan o se interesan en la experiencia de usuario que se encuentra en diferentes países de América Latina, como por ejemplo Costa Rica.

La comunidad nace de la interrogante ¿Dónde están las mujeres que trabajan en UX en Chile y por qué no nos conocemos? relatan sus fundadoras, quienes querían conocer de otros referentes de mujeres en el mundo. Crearon la comunidad con cuatro principios, aprender, crear redes, compartir conocimiento y aumentar la visibilidad de las mujeres trabajando en experiencia de usuario.

Acá, el enfoque no se trata sobre limitaciones o capacidades, si no de la formación de comunidad para personas con intereses en común, respetando identidades y rasgos culturales. Como integrante de la comunidad LGBTI me pregunto, ¿cómo nos estamos relacionando? ¿qué estamos haciendo por abordar desde nuestra área los problemas de la comunidad? Y principalmente, ¿existe la madurez colectiva para formar comunidad? Desde esa esquina, me gustaría felicitar al grupo de +Mujeres en UX de Costa Rica, por saber aprovechar esa herramienta extra, la comunidad.

Es así, como llegamos a una tercer forma de hacer Diseño Social una que wikipedia define como “la que pretende convertir la actividad del diseño de empresas y organizaciones en general (incluidas las estructuras sociales) en una actividad científica.”

Tenemos noticias todos los días, de manifestaciones ciudadanas en diferentes partes del mundo. Hay tragedias en las calles de Chile, Colombia, México, en Costa Rica sin llegar a la tragedia, también entendemos de disconformidad. No es casualidad, como dice Nicolás Rebolledo en su charla Diseño en/para políticas públicas: experiencias de colaboración en innovación pública “nos enfrentamos a una crisis de confianza en el sector público”, en la cual, el diseño puede funcionar como ente articulador para la creación de valor.

Para superar esta crisis, Nicolás ofrece 3 pasos:

  • Reconfigurar la relación entre el Estado y la ciudadanía. Innovando para transformar la máquina de gobierno.

  • Hacer más y mejor con menos. Innovar para mejorar los servicios que se entregan a la gente.

  • Un enfoque sistémico integral. Activar un ecosistema de innovación pública dentro y fuera del estado.

Hace falta conectar la teoría con la práctica, es decir, pasar del diseño de la política pública a la implementación de esta, ya que no pueden ser procesos aislados.

Rebolledo nos dice que la institución, tal como existe en este momento, no puede atender estas necesidades, y para eso necesita un espacio autónomo, flexible y articulador. Y así es como nace el laboratorio de Gobierno de Chile, el cual incubó 114 soluciones, con el lema “La confianza se construye trabajando juntos”

Y quiero hacer hincapié en este lema porque creo que es la cita más valiosa de todo ILA y me gustaría darles unos segundos para guardarla por ahí, ya sea en sus memorias o su nube, antes de pasar a contarles del Laboratorio de Gobierno de Chile.

Este es una respuesta a la búsqueda por mejorar “los servicios que entregan las instituciones públicas a la ciudadanía”, que ofrece metodologías para desarrollar procesos de innovación centrados en las personas, acompañando funcionarios públicos en estos procesos, promoviendo la normalización de estas prácticas dentro del Estado y creando atmósferas “para co-crear valor público en las problemáticas prioritarias para el país”.

“Una política pública puede ser concebida como una amplia declaración de propósito y un proceso para abordar problemáticas sociales, económicas y medio ambientales” (Rebolledo, N. 2019).

El laboratorio se rige por cinco principios de la innovación pública, que marcan pauta para las distintas etapas del proceso, estas como los enumera en su sitio web son:

  1. Foco en las personas

  2. Cocreación

  3. Enfoque sistémico: se refiere a integrar múltiples perspectivas bajo una mirada holística de los problemas y las soluciones.

  4. Experimentación:

  5. Foco en la experiencia: “el Laboratorio propone nuevas formas de entender y comunicar, basadas en historias y en el pensamiento visual. Asimismo, provee una experiencia de innovación a partir de un espacio, identidad y materialidad que ayudan a que la innovación pública sea una experiencia formativa y de cambio cultural.”

En esta misma línea entra la charla de Claudia Gutiérrez, Gobernanza digital centrada en los usuarios: Cómo nuestras audiencias modelan los productos, el diseño y los contenidos de organizaciones complejas. Claudia nos hace preguntarnos, ¿Cómo diseñamos la interacción de personas que diseñan interacción?, ¿Cómo se vive la experiencia del conocimiento?, ¿Cómo diseñamos la interacción con el conocimiento?

Ella nos cuenta de su experiencia en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde plantea que el conocimiento debe ser tratado como un producto, un producto del que se espera sea:

  • actualizado,

  • preciso

  • y confiable

Brindar esas características a su producto, es el rol social que las universidades tienen el día de hoy, deben ser competitivas y líderes en autoridad. Preocupadas por la manera en que hacen llegar el conocimiento y destinando con ese fin, esfuerzos conjuntos de toda la organización.

Para esto, Gutiérrez propone un sistema de cuatro etapas, para crear un conjunto de estándares, normas y buenas prácticas desde la perspectiva del usuario. El objetivo de este modelo es entregar una experiencia coherente y positiva. Las etapas son:

  • Construir una base y conocer a la organización.

  • Definir objetivos comunes y establecer KPIs.

  • Desarrollar estándares de UX: que abarquen contenidos y datos, desarrollo web y análisis de datos.

  • Finalmente, monitorear su cumplimiento.

Como resultado, afirma que se llega a un ecosistema que coordina el trabajo con un enfoque UX, por ejemplo, Gutiérrez comparte un manifiesto, del que me gustaría resaltar los siguientes principios:

  • Todos los proyectos digitales de cara a la información pública, deben ser encontrables.

  • Todos los contenidos de los proyectos digitales de cara a la información pública, deben ser usables y accesibles.

  • Todos los proyectos digitales de información pública deben ser trazables.

Esto significa alcanzar madurez digital, cuando una organización madura, se convierte en una organización tradicional, y acá es cuando se vuelve un reto entrar en procesos experimentales.

Con esto concluyo las tres maneras de hacer diseño social que se presentaron en Medellín, quiero cerrar haciendo mención de los movimientos sociales hacia el futuro que señala Maritza Guaderrama:

Algunos de estos movimientos están presentes en el recorrido que acabamos de hacer por los proyectos que hablaron de diseño social durante ILA, hablamos de diseño más allá del embellecimiento y la centralidad del cliente vs. la sostenibilidad cuando hablamos de tomar decisiones responsables y diseñar para la inclusión. También hablamos de apertura y colaboración para la supervivencia y la viabilidad, con iniciativas como +Mujeres en UX, cuando hablamos de valor compartido estamos reconociendo gestión de los efectos colaterales y todo esto, refleja una emergencia de nuevos paradigmas y valores.

Hablando de novedad, no es nuevo decir que las sociedades cambian, lo vivimos y somos parte, sabemos la importancia de recolectar datos, hacemos investigación para generarlos, consumimos los datos que luego nos preocupamos de haber cedido en un check que no leímos, somos cómplices de la reducción de la identidad humana al dato, pero personalmente me llama la atención el último punto, donde nos toca imaginar y empezar a trabajar para la sociedad en que nos estamos convirtiendo. Una sociedad compuesta de cyborgs, suena a ciencia ficción, pero Guaderrama no habla necesariamente de personas con una prótesis mecánica, habla de nosotros, ya, hoy, aquí, leyendo con el teléfono en la mano, que no necesita formar parte de nuestro cuerpo para ser parte nuestra. ¿Es un juicio? No, es una reflexión necesaria para el futuro, porque a la pregunta para quién estamos diseñando? Hay una respuesta que no habíamos considerado, diseñamos para cyborgs.

Centro de Convenciones Plaza Mayor

Referencias

Diseño social. (Sin fecha). En Wikipedia. Recuperado el 9 de diciembre de 2019 de https://es.wikipedia.org/wiki/Diseño_social

Laboratorio de Gobierno. (2019). ¿Cómo trabaja el Laboratorio de Gobierno? Recuperado de https://www.lab.gob.cl

Riquelme.M. (2015, 18 de abril). ¿Qué Es El Valor Compartido? Recuperado de https://www.webyempresas.com/que-es-el-valor-compartido/)

UXConfBR. (2019, 6 de junio). UXConf BR 2019 — Carolina Sepúlveda e Mariana Valenzuela — Proceso de diseño y co-creación de la primera comunidad de mujeres UX en Latinoamérica. Recuperdado de https://www.youtube.com/watch?v=oKMKmxq2mmU

Vandevel, K. (2015, 24 de setiembre). Corporate Social Responsibility: How Starbucks Is Making An Impact. Recuperado de http://www.whywhisper.co/the-blog/2015/9/24/corporate-social-responsibility-how-starbucks-is-making-an-impact

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